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Día 3 - Viena

Klimt, panorámicas y paseos urbanos

El día comenzó con un sabroso desayuno en el café Museum, donde pedímos el típico desayuno vienés.

Café Museum
Desayuno vienés en el Café Museum.

El día comenzó con una visita a la Secession, un edificio icónico del modernismo vienés. Allí vimos el Friso de Beethoven de Gustav Klimt, una obra monumental que une pintura, arquitectura y música en una experiencia simbólica e intensa.

Museo de la Secession
Vista del Museo de la Secession.

Luego pasamos por la imponente Karlskirche, con su cúpula verde y sus columnas decoradas con relieves en espiral. Desde allí, caminamos frente a la Embajada de Francia y llegamos al Monumento al Ejército Rojo, testimonio de la historia reciente de la ciudad.

Monumento ejército rojo
Monumento al ejército Rojo.

Nuestra siguiente parada fue el Belvedere, uno de los grandes palacios barrocos de Viena. Disfrutamos especialmente de la galería de arte donde se encuentra el famoso cuadro “El beso” de Klimt, entre otras obras destacadas del romanticismo, impresionismo y arte moderno.

Palacio Belvedere
Vista del Belvedere desde los jardines.

Luego tomamos el bus Hop On Hop Off (línea azul), que nos llevó hacia la zona del Donauturm (Torre del Danubio). Allí subimos hasta el mirador y disfrutamos de vistas espectaculares de toda la ciudad. En lo alto, el viento soplaba con fuerza y el paisaje se desplegaba en 360°, con el Danubio dividiendo la ciudad y los techos rojizos marcando el centro histórico.

Danubio
Vista del Danubio desde la Donayturms.

Al regresar pasamos por la zona del Urania, y terminamos el día paseando nuevamente por la Mariahilferstrasse, comprando algunos recuerdos y simplemente dejándonos llevar por el ritmo de Viena al atardecer.